Foto Annie Leibovitz - Vanity Fair |
Cuando
mi hijo Tomás Eugenio (11) llegó hoy del colegio, se sorprendió de verme con
los ojos aguados. Me preguntó que qué me pasaba y le respondí que, finalmente, Bruce Jenner había aparecido antes los
ojos del mundo como mujer.
Le
dije que las mías eran lágrimas de emoción. Le hablé de los vientos de cambio
que soplan en nuestro país. Le expliqué que ahora Bruce es Caitlyn Jenner y luce espectacular en
la portada de la revista Vanity Fair que circulará el 9 de junio, fotografiada
por Annie Leibovitz, una de las
mejores fotógrafas retratistas de nuestros tiempos.
No
se lo dije, pero también se me aguaron los ojos de pensar en la niña que vivió
escondida y asustada en el cuerpo de un niño, que esperaba a quedarse sola en
la casa para ponerse los vestidos de su mamá.
O
de pensar en que esa batalla consigo misma fue tan ardua, que la convirtió en
uno de los más aclamados atletas masculinos de todos los tiempos, cuando en
1976 ganó la medalla de oro en el decatlón de las Olimpíadas de Montreal.
Precisamente
por su condición de ex atleta es que junto con mis hijos hemos seguido su caso
de cerca. Para mí que soy mamá soltera de dos varones, esta es una oportunidad
única de transmitirle a mis hijos tres valores que considero fundamentales para su formación como personas independientes y responsables: la compasión, el respeto y la tolerancia.
Recuerdo
que luego de aquella entrevista que le hiciera Diane Sawyer a Jenner en abril
pasado, en la que confesó su condición de persona trans género, Andrés Ignacio (13), mi
hijo mayor, dijo que había que “tener testículos” para hacer lo que hizo Jenner.
No
había sino admiración y respeto en su comentario, pero con mucha razón mi hijo
menor acotó que se trataba de una afirmación "sexista" y por tanto inapropiada. Bromeamos
diciendo que lo que había que tener eran "ovarios". Pero concluimos en que este
no era un asunto que tuviera que ver con los órganos reproductores de nadie.
De
lo que aquí se trata es del respeto hacia las personas, hacia los individuos, hacia los seres humanos, sin importar sus preferencias
sexuales, su origen, su religión u orientación política, o el color de su piel.
Y
creo que si Bruce fue el héroe que ganó el decatlón olímpico en 1976, 39 años
más tarde Caitlyn es la heroína que le está dando una voz a una minoría que ahora
no solamente es escuchada, sino que además, y sobre todo, está siendo escuchada
con respeto.
Celebro
que finalmente Caitlyn Jenner sea libre de ser lo que siempre ha sido y
quiso ser y celebro que medios tan influyentes como Vanity Fair y ABC le hayan
servido de plataforma para expresarse y ser escuchada.
Pero
sobre todo le agradezco a Caitlyn Jenner que nos haya dicho lo que significa
ser una persona trans género y por qué la trans fobia no debería existir y que haya venido
a inspirarnos y a enseñarnos esta lección de compasión, tolerancia y sobre todo
de respeto por el prójimo.
Llevaba
rato queriendo escribir sobre este asunto, y si me abstuve fue porque no quería
equivocarme con las palabras. No se si es su condición de celebridad, su
vulnerabilidad, su honestidad o más bien una combinación de todos esos factores, pero
creo que gracias a Caitlyn Jenner vientos de cambio soplan en nuestro
país y soplan con fuerza y para bien.
Y
creo que por primera vez no se trata del atleta, ni del padrastro de fulana o del
papá de zutanita y menganita. Se trata de un ser humano, de una persona, de una mujer que vivió
por décadas atrapada en el cuerpo de un hombre, que tuvo que mentirse a si
misma, y mentirle a sus seres queridos y al mundo entero desde que se levantaba
hasta que se acostaba y que ahora, por primera vez en 65 años, es finalmente libre de mostrarse a sí
misma ante el mundo como lo que siempre fue: una mujer.
Bienvenida Caitlyn Jenner. Gracias por tanto. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América, tierra de libertad y de valientes.
Gracias por compartir este post. Te invito a que también me sigas en Facebook, Instagram, Pinterest y Twitter.
Bienvenida Caitlyn Jenner. Gracias por tanto. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América, tierra de libertad y de valientes.
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Wow, me encantó.
ResponderBorrarGracias Gina!
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