Este post está dedicado a quienes no les importa comer
con bulla. Y cuando digo bulla, me refiero a ruido. A alboroto. A gente
hablando, brindando, celebrando. No he tenido la dicha de ir a almorzar en Cvi.che 105.
Tampoco he ido un fin de semana, entre otras cosas porque cuando he ido a cenar
un miércoles o un jueves, siempre están llenos. Y cuando digo llenos, hablo en
serio.
Pero lejos de ser un problema, que siempre estén a
reventar es signo inequívoco de la frescura y calidad de los frutos del mar que
allí se comen.
Tengo por norma desconfiar de un sushi bar o de una cevichería
si están vacíos o tienen cuatro gatos en sus mesas.
Creo que este jamás ha sido el caso de Cvi.che 105, donde
para mí se come uno de los mejores ceviches de Miami y sus alrededores.
Pero
además es un lugar para ir, ver y dejarse ver. Y si crees que solo se trata de bulla
y alboroto, la verdadera fiesta para los sentidos está en los platos que allí
se sirven.
El colorido de los platos tradicionales de la
gastronomía peruana combinados con las creaciones gourmet del chef Juan Chipoco,
son servidos con elegancia y mucha creatividad en modernos platos blancos.
El technicolor de la comida contrasta con
la decoración, también moderna, donde predomina el blanco y el plata.
La presentación de cada plato tiene lo suyo. La
típica causa peruana servida a manera de napoleón. Los postres de degustación
servidos en cucharas de porcelana. Los platos de degustación de ceviches servidos
en bandejas que permiten que uno no se mezcla con el otro.
Pero lo mejor viene después. Diría que la cocina de
Cvi.che 105 es primero una oda a los colores, y luego una oda a los sabores. Salvo
por los postres y los mojitos de maracuyá que me encantan, jamás he comido otra
cosa en Cvi.che 105 que no sean ceviches y tiraditos.
Claro que también he comido acompañantes y
guarniciones: las mejores papas a la huancaína y una causa peruana que es
imposible de resistir porque en lugar de estar preparada con papas amarillas
está hecha con camote (batata) aromatizado con ají, limón y miel de naranja, acompañado del mejor ceviche
al ají amarillo, y toda esa delicia coronada con un langostino.
A lo que me refiero es a que no he probado
otros platos fuertes de la gastronomía peruana, que no sean los frutos del mar
que tan buena reputación le han ganado a esos cocineros que hacen obras de arte
de cualquier cosa que salga del océano.
Como
soy de las que come con los ojos y me gusta degustar y comparar, mi opción
favorita es la bandeja con cuatro tipos de ceviche.
Con
los ojos cerrados recomiendo el ceviche “orgía de mariscos” ahogados en leche
de tigra, el ceviche pucusana marinado en jugo de limón con cebolla, cilantro y
ají rocoto; o el anconero con ají limo, o el rojiblanco inspirado en la bandera
del Perú, con crema de rocoto y crema virgen; o el ceviche a la crema de pisco.
Los
postres merecen un capítulo aparte. Hay que probar la crème brûlée de guanábana,
el suspiro limeño, el merengón de chirimoya y la mousse de lúcuma. Si se te
hace difícil escoger, entonces pide el trío de sabores peruanos “a la cuchara” que
trae suspiro limeño, merengón de chirimoya y mousse de lúcuma.
Como
es evidente que muero por los dulces, pues también recomiendo la mousse de
maracuyá (uno de mis postres favoritos) y un postre que no está en el menú pero
que es de muerte lenta y agonía prolongada: el cuatro leches de lúcuma. La mousse de chocolate: sólo basta ver la foto para saber que aquello es una delicia.
Cvi.che 105 debe su nombre a la dirección donde está ubicado: en el 105 del NE en la Tercera avenida en Downtown Miami. Hace poco abrieron un local en South Beach. Tendré que ir a "inspeccionar". Por lo pronto, la de Downtown sigue siendo mi cevichería favorita.
CVI.CHE 105
105 NE 3rd Ave. Miami, FL
33132
+1(305) 577-3454
Este post es una versión del que publiqué originalmente en MiamiDiario.
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