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domingo, noviembre 30, 2014

Art Basel: De cómo Miami se convirtió en un centro cultural de clase mundial*

Nacida y criada en Caracas, Venezuela, mi ciudad favorita siempre fue Nueva York. Y fue por ese gusto, más que por la excelencia académica, que terminé haciendo mis estudios de postgrado en la Universidad de Columbia. A Miami no venía ni siquiera de compras. La veía como la gran comunidad de retiro que era: como el sitio a donde los viejitos venían a quedarse, huyendo del frío. No tenía grandes museos ni una vida cultural particularmente interesante.

Hace poco menos de tres años el destino me trajo a esta que hoy reconozco y quiero como mi ciudad. Tan bien me acogió, que decidí echar raíces y aquí me hice ciudadana americana. No hay día en que no agradezca disfrutar de su sol, de sus playas, de sus aguaceros, del calor y color de su gente y su gastronomía, de su diversidad, de su espíritu vibrante, de su desparpajo y atrevimiento.  

Miami es como un adolescente rebelde al que hay que ir moldeando para darle forma. Un adolescente con un gran porvenir, cuyo futuro, quienes tenemos el privilegio de vivir aquí, estamos construyendo cada día. 

Seguimos siendo un gran destino turístico y el puerto de cruceros más grande del mundo, pero además somos una ciudad de microempresarios, un gran centro financiero, la puerta de entrada a Estados Unidos, un hub comercial y ahora además, en apenas 12 años, nos hemos convertido también en un gran centro cultural.

Hace poco leía que se requieren dos siglos para que una ciudad se convierta en un centro cultural como Nueva York o París. Y resulta que a Miami, la ciudad de las fiestas y las luces de neón, de las playas y la música estridente, le tomó escasos 12 años transformarse en una referencia cultural para el mundo entero, donde Picassos y Matisses cambian de manos como quien pide un cortadito en el Café Versailles.

El Art Basel tuvo mucho que ver en eso. La ciudad se culturizó impulsada por la feria de arte contemporáneo más grande del mundo, cuya décimo tercera edición tendrá lugar del 4 al 7 de diciembre en Miami Beach.

El Miami Convention Center y las enormes carpas blancas que desde hace varios días son parte del paisaje en South Beach se aprestan a recibir, en esta ciudad que cada día se reinventa, a unos  75 mil visitantes venidos de las principales capitales culturales del mundo: París, Nueva York, Berlín, Sao Paulo, Johannesburgo, Hong Kong, Los Ángeles.

A quien le interesa el arte: artistas, coleccionistas, galeristas, curadores, periodistas, tiene a Miami en su agenda gracias a esta gigantesca feria en la que se dan cita las principales galerías de arte de Norteamérica, Latinoamérica, Europa, Asia y África, para ver y mostrar, vender y comprar, el trabajo de los grandes artistas plásticos de nuestro tiempo. 

Las obras de más de mil artistas serán expuestas en el Art Basel de este año por 267 galerías de arte de 31 países. Un indicador del éxito de la feria es que todas las galerías que estuvieron en el Art Basel 2013 regresaron en 2014.

En el Art Basel se dan cita los coleccionistas de arte contemporáneo más importantes del mundo y se pondrán a la venta obras de Pablo Picasso valoradas entre 10 millones y  25 millones de dólares o de Andy Warhol, valoradas en 10 millones de dólares. También estarán a la venta obras de Henri Matisse, Marc Chagall y Fernand Léger.

Y por ser en Miami y por ser Miami como es, todo ocurre a la orilla de la playa, donde las enormes carpas blancas y las estatuas y performances se confunden con el paisaje de South Beach, Collins Park y del Soundscape Park.

Pero el Art Basel no se limita a la playa. La feria no sólo colocó a nuestra ciudad en el mapa cultural mundial. Es que la ciudad ha sido literalmente tomada por el arte. Los museos locales, incluyendo el Bass Museum, el Pérez Art Museum, el Miami Children Museum y el Vizcaya Museum and Garden, se han integrado a la feria. 

Y además hay una serie de ferias de arte paralelas, incluyendo Art Miami, Concept, Context Art Miami, Design Miami, Miami Project y PINTA Miami, en distintas zonas de la ciudad.

No se consigue una habitación de hotel para estas fechas y los ya escasos estacionamientos para autos de South Beach, así como sus restaurantes, pubs y cafés, estarán copados. No cabe duda de que el Art Basel también es motor que impulsa la recuperación económica de la ciudad del sol.

¡La vida es bella!¡Viva Florida!

(*) Este post es una versión ampliada del artículo que escribí para la versión impresa de Miami Diario.

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