Foto cortesía Julia Navarro |
Es la escritora más vendida en España. Periodista con una
dilatada carrera de más de 30 años, Julia Navarro ha vivido entre letras y
palabras toda su vida. En 2013 publicó su quinta novela Dispara,
yo ya estoy muerto, que es precisamente el libro que presentó en la Feria Internacional de Libro de Miami.
Sin duda, fue uno de los platos fuertes de la feria de este año, a la que vino invitada por primera vez, luego de que su cuarta novela Dime quien soy, superara el millón de copias vendidas en todo el mundo.
Sin duda, fue uno de los platos fuertes de la feria de este año, a la que vino invitada por primera vez, luego de que su cuarta novela Dime quien soy, superara el millón de copias vendidas en todo el mundo.
Dispara, yo ya estoy muerto va por el mismo camino. En menos de año y medio lleva 14 ediciones
y más de 300 mil ejemplares vendidos. Pero el ser una escritora de best sellers y sin duda la autora más
vendida en España, cuya obra ha sido
traducida al albanés, danés, holandés, húngaro, inglés e italiano no le quita la
humildad.
Menuda y delicada, de expresión serena y
hablar aplomado, con una sencillez que raya en la candidez, dice que vino a
este lado del Atlántico a “intentar conquistar nuevos lectores”.
Veterana de las ferias del libro
españolas, así como de la Buenos Aires en Argentina, y de la Guadalajara en
México, el libro que la trajo a Miami es la crónica de dos sagas familiares: la de los
Zucker, judíos que huyeron de Rusia buscando la tierra prometida en Israel, y
la de los Ziad, una familia palestina.
Pero
además es la historia de una amistad que se sobrepone a diferencias políticas y
religiosas y que se mantiene y fortalece por generaciones. Y también es el
retrato de la Palestina del siglo pasado cuando se creó el Estado de Israel.
- ¿Por qué escogió el tema del enfrentamiento
entre judíos y palestinos?
- Dispara, yo ya estoy muerto, es una reflexión sobre la condición humana, sobre el hombre y sus
circunstancias. Nadie elige el siglo en el que quiere nacer. Nadie elige el
lugar donde quiere nacer. La familia tampoco la elegimos. La religión, es la
consecuencia del tiempo, el lugar y la familia en la que nacemos. En esta
novela el hombre se enfrenta a esas circunstancias. En un trozo de tierra tan
pequeño, vemos como alguien que nace de este lado de la calle es judío y el que
nace en la acera de enfrente es palestino. Estos personajes llegan al mundo con
un destino predeterminado y tienen que interpretar un papel del que
difícilmente pueden escaparse.
-Esta
novela llega en un momento en que recrudece el conflicto entre Hamas y el
Estado de Israel, en el que se agudiza lo que pareciera ser un conflicto entre
la barbarie y la civilización.
-En la novela afloran las grandes
pasiones humanas. Las dos familias están enfrentadas por sus circunstancias.
Pero esta no es una historia de buenos y villanos. Es la historia de unos seres
humanos a quienes les doy voz. Y es sobre todo la historia de una sólida amistad. Tampoco es una novela
política. Los personajes vive, eso sí, en un contexto histórico. Ahora bien, creo
que el pueblo judío tiene derecho a la existencia del Estado de Israel. Pero
también creo que los palestinos tienen derecho a la existencia de un Estado
Palestino. Y la política se trata precisamente de eso: de negociar, de lograr
acuerdos que beneficien a las partes. Lo que pasa es que Hamas no es Palestina
y lo que hacen no es política.
-Para escribir la novela ¿viajó
al Medio Oriente?
-Por
mi trabajo como periodista he estado yendo al Medio Oriente por unas cuantas
décadas. Cuando escribo, voy a los escenarios donde
van a vivir mis personajes, y los veo y los vivo pero no con ojos de
periodista, sino con los ojos de mis personajes, me pongo en su piel para poder
luego contar sus historias.
-Su
formación y experiencia de periodista ¿le ha servido para ser novelista?
Soy una periodista que escribe novelas.
Escribir es comunicar. Yo escribo porque quiero comunicarme con la gente. Y
escribir novelas me permite comunicarme con mucha gente. Pero además, ser
periodista te da el plus de haber viajado, de conocer gente e historias
extraordinarias, pero también de conocer gente muy malvada, porque cuando eres
periodista conoces a mandatarios, a funcionarios, a artistas, pero también a
criminales. Luego, a la hora de escribir novelas, esas experiencias te definen
y te enriquecen. Para mí documentarme, estar documentada, es algo digamos,
natural. La vida es un gran escenario y yo voy al escenario donde hacen vida
mis personajes para que sus historias estén bien documentadas y sean creíbles.
-Usted es la autora más vendida
de España y está escribiendo su sexta novela ¿cómo ve el hecho de que las
nuevas generaciones no leen y viven pegadas de un video juego, de una tableta,
de un celular?
-Me preocupa que los jóvenes no
encuentren tiempo para la lectura. Las nuevas tecnologías son muy importantes,
pero creo que hace falta la reflexión, el tiempo para encontrarse con uno
mismo, eso es algo que te dan la lectura y los libros, eso es algo que te
permite la lectura pausada. Pero además hay algo en los libros, al tacto, al
olfato… leer en una tableta está muy bien, pero una tableta no te da lo que te
da un libro. A mí por ejemplo me produce una gran emoción cuando al cabo de los
años saco un libro de la biblioteca y lo hojeo y de pronto me tropiezo con las
entradas de una función de cine o teatro, una servilleta, una flor seca… eso no
te lo da una tableta. Pero además si hay un apagón o no tenemos baterías ¿cómo
haces para leer? En cambio los libros siempre están ahí y puedes leerlos sin
necesidad de estar conectado a nada.
Esta entrevista es una versión de la que originalmente publiqué en MiamiDiario.
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