Extraño mi sopa de todos los
días. Tanto, que algunas veces me
encuentro a mi misma soñando con vivir en algún lugar más frío, de manera
de poder cocinar y tomar más sopa.
Entonces, me doy cuenta de lo
benigno que es el invierno en el Sur de Florida, cuento mis bendiciones y
disfruto de un plato de esta sopita, ligera y repleta de
los sabores de las cocinas de mis abuelas.
Esta sopa se parece mucho a
una que solía cocinar cuando estaba en la universidad y descubrí la felicidad
de estar en la cocina cortando, salteando, aliñando, cocinando y dándole de
comer a mis compañeras de clase. Era (yo) muy popular por ese entonces. Y
creo que lo sigo siendo porque darle de comer a la gente me sigue haciendo
feliz.
2 cucharadas de aceite de oliva
3 dientes de ajo picaditos
1 taza de cebolla finamente picada
1 taza de tallos de apio finamente picados
½ taza de pimentón (pimiento rojo) finamente picado
1 taza de tomate cortado en daditos
2 litros de agua
2 tazas de auyama o calabaza, pelada, sin semillas y cortadas en dados
1 ½ taza de batatas peladas y cortadas en dados
1 ½ taza de zanahorias peladas y cortadas en daditos
Sal marina gruesa
Cilantro
En un sartén a fuego mediano agrega el aceite de oliva, la cebolla, el ajo y el apio. Saltea por unos 5-10 minutos, hasta que estén tiernos. Agrega el pimentón y el tomate y cocina por 5 minutos más. En una olla pon el agua y los vegetales a hervir. Agrega el sofrito y el cilantro y cocina tapado, unos 20 minutos, hasta que los vegetales estén tiernos. Agrega sal al gusto. Sirve con una ramita de cilantro.
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Estas recetas están geniales, muchas gracias ;)
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