John
Frieda, belleza en Technicolor. Hace poco, mis queridas beauty bloggers Soe Kabbabe y Ana Cristina Enríquez, hicieron los
arreglos para que asistiera a lo que para mí fue un evento inusual.
El Cielo,
el acogedor restaurant del chef colombiano Juan Manuel Barrientos, fue tomado
por asalto por la marca John Frieda para presentar su última línea de productos para el
cuidado del cabello.
Confieso
que fui más llevada por la curiosidad de ver cómo un restaurante tan exclusivo
como El Cielo, con su terraza espectacular sobre el Miami River, donde se experimenta con la complicada cocina molecular, se transformaba en escenario de un evento de mercadeo de productos de belleza.
En El
Cielo son rutina experiencias sensoriales como que los comensales se frotan las
manos con unas sedosa crema de chocolate comestible (y no importa si uno se
chupa los dedos), y donde los panes de yuca llegan a mesa primorosamente
dispuestos en un bonsái de alambre de cobre.
Los cocineros parecen científicos en una laboratorio: vestidos de blanco de
pies a cabeza. Y en el menú nada parece lo que es: todo es espuma, esferas,
pinceladas de color. Y allí estábamos un grupo de mujeres, atentas para
aprender acerca de la última tecnología en color para el cuidado del cabello.
Original, por decir lo menos.
Entre
cocteles y entremeses nos presentaron las nuevas colecciones: Brilliant Brunette Visibly Brighter
Lightening Collection; Brilliant
Brunette Visibly Deeper Colour Deepening Collection y la renovada colección
Brilliant Brunette Multi-Tone Revealing
Collection, todas para mujeres de cabello castaño.
También
el nuevo tratamiento Sheer Blonde Go
Blonder in Shower para mujeres rubias, y el novedoso Root Blur para cubrir, hasta el próximo lavado, cualquier indicio de
raíz, sea canosa u oscura, mediante el uso de correctores personalizados.
Para mí
que voy a que me cubran las canas una vez al mes, resultó una novedad que todos
estos tratamientos puedan aplicarse en la ducha, en la comodidad del cuarto de
baño, sin manchas ni complicaciones (ya los probé y doy fe de ello). Y en
cuanto al Root Blur, que se aplica sobre el cabello seco, creo que hay que tener uno en
el tocador y otro en la cartera (y otro en la guantera del carro también).
Después
de aprender como mantener el color del cabello, acentuar los tonos naturales o
aclararlo para darle más brillo, pasamos a la mesa para disfrutar de una
degustación de nueve platos.
A la
salida todas recibimos un obsequio que me fascinó: un bolso tejido a mano por las mujeres artesanas de la etnia Wayú, que habitan en el desierto de la península
de La Guajira entre Venezuela y Colombia, a orillas del Mar Caribe.
Me
pareció un detalle espectacular, no sólo porque el chef de El Cielo es
colombiano (y yo venezolana), sino por lo que significa el tejido y el color
para las mujeres Wayú, quienes cuentan su historia a través de sus artesanías,
y para quienes los diseños geométricos, únicos, de sus coloridos tejidos son símbolo de
inteligencia y sabiduría.
Los
wayú son el pueblo indígena más numeroso tanto de Venezuela (11% de la
población del estado Zulia) como de Colombia (45% de la población del departamento de
La Guajira). Su idioma es el wauunaiki, apenas
32% habla castellano y 66% no ha tenido acceso a la educación formal. Gracias
John Frieda por la invitación y por apoyar a los pueblos Wayú.
Gracias por compartir este post. Te invito a que también
Qué bonito encontrarnos con cosas nuestras en otras latitudes, ¿no?, como esas hermosas artesanías wayuu que compartimos venezolanos y colombianos.
ResponderBorrar¡Feliz día de la mujer!
Gracias Rafael, no fue sino hasta hoy que vi tu comentario. Y ciértamente a mí me emocionó mucho que nos regalaran estos bolsos Wayú. Gracias por visitar y comentar.
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