La semana pasada, estando en Singer Island,
tuve un antojo de esos incontrolables. Me dieron ganas de comer tabule, así
que me puse manos a la obra.
Tampoco tenía quínoa (que es
maravillosa como sustituto del trigo) y hace que el tabouleh sea además sin
gluten.
Como no tenía ganas de cocinar sino de
comer tabule, en lugar de preparar el couscous, resolví hidratarlo con la
humedad de los tomates picados y luego con el aderezo de la ensalada.
¾ de taza de cuscús
4 tazas de hojas de perejil rizado,
lavadas, secadas y cortadas finamente
3 tazas de tomate cortado en daditos,
con todo su jugo
1 de taza de cebolla morada cortada
finamente
1/3 de taza de zumo de limón fresco
2/3 de taza de aceite de oliva extra
virgen
Sal marina gruesa
Preparación
En un tazón pon el couscous con
los tomates y revuelve. Tapa y refrigera al menos 15 minutos.
En un tazón grande por el perejil
y la cebolla y agrega la mezcla de tomate y couscous.
En otro tazón agrega el jugo de
limón, el aceite de oliva y la sal y mezcla hasta emulsionar.
Adereza el tabouleh, mezcla bien,
tapa y refrigera por lo menos media hora antes de servir.
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