Hace tres años, cuatro días antes de Acción de Gracias, dejamos nuestra Tierra de Gracia —como los conquistadores españoles llamaron a Venezuela, el país donde nací y crecí—, para comenzar una nueva vida en esta otra tierra generosa: el soleado Sur de California, donde estoy descubriendo la bendición que es cultivar mis propios vegetales y comer localmente, sustentablemente y de acuerdo con las estaciones.
Tres años después, doy gracias por mi familia: por mis hijos, ruidosos y alegres. 3.500 millas aparte, también doy gracias por la gente y las corporaciones para las que trabajo porque confían en mí y me mantienen ocupada y productiva, sin importar la distancia.
También estoy agradecida por ustedes mis lectores y seguidores quienes hacen que este sea un recorrido placentero, porque me inspiran y me animan a seguir y porque me permiten compartir la certeza de que cocinar no es un misterio y sí mucho sentido común y toneladas de cariño. La buena cocina tiene más que ver con buenos ingredientes que con recetas y técnicas. Tiene que ver con el goce de compartir y por ese goce también doy las gracias.
Feliz día de Acción de Gracias!
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