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sábado, febrero 07, 2015

Gastro tour en Brickell

El clima estaba perfecto. Fue una de esas tardes en las que a pesar de estar en Miami me pude poner chaqueta de piel y botas. Mary Brickell Village nos recibió con unos deliciosos 68ºF, perfectos para comenzar nuestro primer recorrido gastronómico de 2015.

Brickell fue el área escogida por The Kitchen Hop para celebrar su primer año desde que nació este concepto.
Por un precio súper razonable (en esta oportunidad $36 por persona, y $18 si los tickets se compraban con descuento), sibaritas y curiosos probaron, en tres horas, lo que tienen que ofrecer 10 restaurantes de la zona, incluyendo pizzerías, cafeterías y bares, mientras disfrutaban de cervezas Modelo a $3.
Ticket y mapa en mano, comenzamos por The Oceanaire - Seafood Room con su decoración marina y sin duda lo mejor del recorrido. 
Allí probamos un delicioso ceviche de pescado, un poquito salado para mi gusto, pero que salado y todo me dejó con ganas de más.
Definitivamente este es un restaurante al que quiero regresar.
De seguidas, fuimos a Dolores but you can call me Lolita... 
...donde sobra la buena vibra y todo es una delicia. 
Allí probamos unas lumpias (spring rolls) de vegetales con salsa agridulce, crujientes, perfectas. 
No hay que decirlo: esta gente del Passion Group sabe hacer sus cosas y por eso Lolita vive full.
La siguiente parada fue en Red Bar, donde nos esperaba una paella, bien sabrosa... 
... que me abrió la curiosidad por ir a conocer La Mancha, el restaurante fusión español-brasileño en Downtown, de los mismos dueños.
Y como de todo hay en la viña del Señor, seguimos rumbo a Power Pizzeria, donde probamos una pizza Margarita. 
De ahí nos fuimos a Cinquecento, una pizzería, gelatería y café, de dueños argentinos, donde estaban sirviendo gelato
Probé el de dulce de leche, bien dulce y bien argentino...
... y el de maracuyá (parchita, fruta de la pasión) que nos sirvió de sorbete para refrescar el paladar y seguir nuestro recorrido.
La siguiente parada fue la más congestionada de todas: Batch Gastropub, donde había que hacer cola para probar su clásico Mac Attack
Esto es: su versión de los mac and cheese, pero con ñoquis de papa y mucho, mucho, mucho queso fundido y crema de leche con toppings a elegir: crujiente tocineta o cebollas caramelizadas, o ambos. 
Buen sabor y acertados los topping, pero… ciertamente ¡no el plato que te recomendaría tu cardiólogo! 
Mi primera decepción del recorrido fue L’Entrecôte de Paris
No es que esperara que nos dieran a probar su entrecôte (lo que hubiera sido perfecto, porque el truco de estos recorridos es despertar el “hambre” y la curiosidad, de manera que uno regrese no a probar, sino a comer), pero sí que las papas fritas tuvieran lo suyo. 
Después de todo, en un restaurante francés des frites no son una guarnición cualquiera: son un plato que los representa y si algo tienen los franceses es que saben freír las papas. Desafortunadamente las papas, y la salsa que las acompañaba, me parecieron tristes, por decir lo menos.
Como somos habitués del Segafredo de Brickell, nos saltamos esta parada para ir a experimentar en Fadó, el pub irlandés de Mary Brickell Village.
Allí estaban  dando a probar alitas de pollo a la BBQ y unos canapés de salmón con alcaparras y cebolla.
De ahí pasamos al lado, a la Taverna Opa, donde a pesar de ser un restaurante-cafetería griego, también estaban sirviendo alitas de pollo. 
Pero como a estas alturas ya estaba más que llena, no las probé.
De Mary Brickell Village nos fuimos a American Social, que recién había abierto sus puertas, dos días antes, a orillas del Miami River. 
Allí probamos unos panecillos saladísimos con una “salsa” de frambuesa espantosa. 
Como el sitio y la vista al río son espectaculares, voy a darles el beneficio de la duda y regresar para ver de qué van. Aunque creo que perdieron una gran oportunidad de mostrarle a quienes participamos de este recorrido gastronómico lo que ofrecen.
Antes de partir, hicimos una parada "técnica" en Blue Martini. Aunque nos había dicho que tendríamos derecho a un trago, lo cierto es que el ticket solo podía canjearse por una cerveza Modelo que nos tomamos en medio de la multitud. 

Este post es una versión del que originalmente publiqué en Miami Diario.

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