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miércoles, septiembre 07, 2016

Si Elena de Avalor fuera a la escuela, llevaría una arepa en su lonchera

Si Elena de Avalor fuera a la escuela, llevaría una arepa en su lonchera, 
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Por fortuna sólo tengo dos hijos varones. Y digo por fortuna no porque no me hubiera gustado tener hijas, que me habría encantado, sino porque si tuviera niñas seguro viviría en un mundo color rosa y fucsia como el de Elena de Avalor (o el de Chloé o Cristina, las hijas de mis amigas Rory y Ana Cristina).
Entonces Elena Castillo Flores, que es como se llama la última de las princesas de Disney, habría convertido mi casa en Avalor, el reino que, a los 16 años, esta singular heroína salvó de una malvada hechicera, para convertirse en una líder a quien distinguen cualidades como la resiliencia, la compasión y la capacidad de reflexión.

Pero a pesar de no ser mamá de niñas, no puedo escapar de la “influencia” de Elena de Avalor, una princesa que si fuera a la escuela, llevaría en la lonchera una arepa, o una gordita o una pupusa.
Y es que Elena, quien tiene la piel canela y el cabello oscuro como el mío, y hasta se llama como yo (que me llamo Enriqueta Elena, como mi mamá que es Gladys Elena, mi sobrina que es Valeria Elena y mi hermana quien se llamaba Andreína Elena), encarna la diversidad de las culturas latinas e hispanas que hacemos vida en Estados Unidos. 
Era la princesa que faltaba y se que le encantará a Amalia, la nieta de Abel, quien tiene 5 años. 
Abel y Amalia
Dentro de pocos días Amalia irá a la escuela, y estoy segura de que estará feliz de llevar su morral de Elena de Avalor, que hasta tiene un bordado de lentejuelas doradas y para rematar, además de la imagen de la guitarra española que tanto le gusta a la heroína de Disney, tiene cosida una rosa de tela roja que la hace, sin duda, la más femenina y adornada de las mochilas. La verdad es que con un backpack así, provoca volver a ser niña.
Ya me imagino a Amalia abriendo su lonchera en la que no podrán faltar las arepas: con mantequilla y queso, o con jamón y queso, alguna fruta como las uvas, gajos de naranja o de mandarina, trocitos de manzana, y palitos de zanahoria o arbolitos de brócoli, además del termo con algún jugo de fruta.
Me parece que fue ayer cuando le empacaba las loncheras a mis hijos, quienes ya son unos “hombres”  que van a la escuela media y secundaria, pero siguen llevándose su brown bag con el almuerzo hecho en casa por su mamá. 
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